Mueve la negra sus caderas
monumentales forjadoras de calenturas
porque tienen sabor a rumba, a salsa brava y a bembé.
Despierta pasiones la sabrosura,
febril dialecto que el tambor retumba,
calienta la sangre y se mueven los pies.
Hambrienta de manos la cintura
engulle miradas, deseos encumbra
y con su movimiento oscila la fe
cuando la música placentera
eleva al cielo la cordura
al ritmo de clave y tumba,
de salsa brava y de bembé.
Ally José Moiane - Dançando ao rufar dos tambores
Óleo sobre lienzo
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Possis loqui, si vis loqui, fac conclusi, si vis silentium